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Un soldado de las FDI herido en Gaza: "Me gustaría que los palestinos tengan un buen líder"

Updated: Jan 2

Ezequiel Trzcina (Buenos Aires, 1996) es una de las personas más curiosas que conocí en el mes que llevo viviendo en Israel. Tiene una tremenda carta de presentación. "Es un soldado argentino que fue herido en Gaza", me dijeron. En plena guerra, mientras cubría las espaldas de sus compañeros frente a un hospital, algo explotó, a lo que recibió una esquirla en el brazo.


¿Cómo un chico argentino decidió tener esta vida? Salir de la zona de confort, cruzar el Atlántico, emigrar a Israel, hacerse soldado y combatir en una guerra que sus hijos van a estudiar. Entenderlo probablemente sea un ejercicio fácil para los judíos, y un desafío para los no judíos. Esta decisión y mucho más me explicó Ezequiel en el salón de su piso en Jolón, al sur de Tel Aviv.


Gabriel: ¿Cómo estás del brazo?


Ezequiel: Bien. Está cicatrizando bien. Pero hay muchas cosas que no puedo hacer todavía. Ahora recién levanté la taza de té, y eso es lo nuevo. Voy progresando poco a poco. Pero todavía me duele bastante. Es un dolor interno. Pero dentro de todo, la cirugía salió bien. Recién pasó un mes y una semana, así que dentro de todo está bastante bien.

 

G: Sí, comparado con tu foto en el hospital, veo que se está cicatrizando bien.


E: Yo siempre fui de buen cicatrizar. Quedó muy bien. Cuando pasaron tres días desde la operación, vinieron a visitarme todos los doctores que me operaron, que fueron unos seis. Y uno me explicó que él fue el encargado de abrirme y de cerrarme. Y dijo "kol hakavod, me autofelicito. ¡Mira lo bien que salió!". Por suerte quedó bien, quedó pequeño.

 

¿Estás haciendo algún tipo de rehabilitación?


Primero hice tres semanas de rehabilitación en el hospital, donde estaba internado. Y todos los días tenía terapia ocupacional y fisioterapia. Ahora sigo con eso, pero ya estoy durmiendo en casa. Voy tres o cuatro veces al hospital, y sigo el tratamiento.


¿Cómo es tu vida ahora? Entiendo que no estás trabajando.


No. Yo terminé el ejército cuatro meses antes del 7 de octubre. Y, como hacen muchos israelíes después de acabar el ejército, me fui a viajar un poco. Visité Madrid y Barcelona, y alquilé un coche para recorrer el sur de España. Después, volví a Israel y empecé a buscar trabajo. Estaba muy activo en la búsqueda, pero empezó la guerra. Así que ahora estoy sin trabajo, pero recuperándome.


Y anímicamente, ¿cómo estás? ¿Estás descansando, o estás mentalmente en Gaza?


Tengo mis días. He llorado mucho. En el hospital quizás menos, porque todo el tiempo había gente a mi alrededor, habían distracciones. Gente que venía a visitarme, cantantes famosos que venían, jugadores de fútbol. Pero ahora que me fui del hospital, hace diez días, tengo más momentos solo, y otras dificultades. Quizás cosas muy pequeñas.


No me pongo a llorar por una cosa pequeña, sino por todo lo que tengo detrás. Pero, al mismo tiempo, estoy muy contento de estar sano. Fue una herida muy pequeña en comparación a lo que tuvieron muchos compañeros del ejército en el hospital. Tengo un poco de impotencia, porque quiero volver a estar ahí luchando, con mis amigos, mis hermanos. Y espero que sea en un par de meses.


¿Volverías? ¿A pesar de todo?


Sí.


Estás yendo al psicólogo. ¿Es la primera vez que vas? ¿O, como buen argentino, ya habías ido en el pasado?


Como buen argentino, voy desde pequeño. Iba antes de ir al ejército, pero en el ejército no pude seguir. Una vez que terminé el ejército, volví con él, antes de la guerra. Durante la guerra, no pude hablar con él por dos meses. Y ahora, volví a tener sesiones con él. Pero no es algo nuevo para mí.


¿Puedes recordar cómo viviste el 7 de octubre?


A las seis de la mañana sonaron las alarmas. Las alarmas no son algo del otro mundo para Israel. Todo el tiempo nos tiran misiles. Pero empecé a ver vídeos de que habían terroristas adentro de Israel. Ahí fue cuando le envié un mensaje a mi comandante, a las 8:40h, diciéndole "ani muhan", "estoy listo".


Tras el mediodía me subí al bus, para ir a la base. Había un bus que pasaba a buscar a todos mis compañeros. Ellos seguían haciendo el ejército, yo terminé antes que ellos. Y ahí me subí al bus con ellos, de forma voluntaria. Como yo, hubieron miles y miles de soldados en todo el país. Que fueron al centro de reclutamiento más cercano y dijeron que querían que les llamaran para ser reservistas.

 

¿Y cómo fue lo de decirle a tus seres queridos que ibas a la guerra?

 

Lo fui ablandando poco a poco. Fui mintiendo. Si por algún motivo no me daban armas o no me querían de nuevo (porque hacía cuatro meses que no era soldado), yo estaba dispuesto a hacer trabajos de logística. Pero al cabo de un día me dieron el arma, y me dijeron que estaba listo. Que podía sumarme de nuevo a mi batallón.


Entonces, como yo tenía esa idea de que podría hacer trabajos logísticos, a mi familia le dije que por el momento era lo que estaba haciendo. Así, un par de días. Hasta que una vez hicimos una videollamada, y me vieron con el arma. Y me dijeron "hey, ¿ya tienes arma?". Y les dije que sí [ríe].


Siempre les iba contando todo más soft de lo que era. En un momento nos dijeron que ya entrábamos a Gaza, y yo nunca dije eso a mis padres. Solo les dije que nos iban a dar información más sensible -que es verdad-, que nos sacaban el móvil -eso también es verdad-, así que simplemente no les dije que iba a entrar a Gaza.

 

Volviendo al 7 de octubre, se acaba el día, llega el 8 de octubre y es tu cumpleaños. ¿Cómo lo pasaste?


Llegué a la base ese 7 de octubre, con todos mis compañeros, y había mucha tristeza, mucho desentendimiento.


¿Mucho silencio?


En la base, no tanto. Supongo que había más silencio entre la sociedad, en las calles. Pero en las bases creo que estábamos más expectantes de lo que iba a pasar, de adónde nos iban a mandar, de si íbamos a ir ya a Gaza. Entonces, estábamos preparando todo, preparándonos a nosotros mismos. Me fui a dormir antes de las doce de la noche.


Cuando me desperté, el 8 de octubre, tampoco había ánimos de pedirle a nadie un pastel. Así que no me cantaron el feliz cumpleaños ni nada. Recuerdo que subí un story a Instagram, en la base. Puse algo así como "no es el lugar donde me gustaría pasar mi cumpleaños, pero al mismo tiempo no quisiera estar en ningún otro lugar". No hubo festejos, pero no pasa nada. Fue un día de entrenamiento normal.


Te consideras un buen soldado, ¿no?


Soy un buen soldado. Mis comandantes siempre me tuvieron mucha confianza, y saben que si me piden algo, lo voy a llevar a cabo de la mejor forma posible. De hecho, el que tenía que firmar para que yo volviera al batallón era un comandante de rango alto, que me conocía.


En ese momento, él no estaba en la base, estaba orillando en los kibutzim. Tuvo un rato para hablar, y dijo que ya firmaría en otro momento los papeles, pero que me hicieran entrar ya. Me tienen confianza, saben que soy un buen soldado. Ahora menos, pero antes de la guerra estaba en un muy buen estado físico. Soy un buen soldado, y uno más siempre ayuda.





¿En esa primera etapa hacías paracaidismo?


No, la unidad se llama paracaidistas [tzanjanim], pero no. Hicimos el curso de paracaídas, pero solo me tiré dos veces. Sí es verdad que la primera vez uno se tira sin instructor, lo cual da miedo. Pero el nombre es una tradición de la unidad.


Tras la guerra de 1973, ya no se usa más el paracaidismo en las guerras. A la unidad le quedó el nombre, pero es una unidad de infantería. Es decir, va por tierra. Es una unidad común de tierra. Una buena unidad de combate.


Ibas a Cisjordania y entrabas en casas de terroristas para llevártelos. ¿Cómo fue esa experiencia?


Había un poquito de miedo. Pero hay muchas indicaciones de cómo hay que caminar, de adónde apuntar. Todo el rato hay que estar mirando a tu alrededor para comprobar que no haya enemigos, para no pisar una bomba. Entonces, uno está muy alerta. Yo estaba muy despierto, muy atento, tratando de moverme de la forma más profesional posible. De ser el mejor soldado posible.


¿Y la sensación de tener a un terrorista delante...? Poca gente es consciente de lo que significa eso.


Cuando entras a su casa, los ves y son personas comunes. Pero claro, esconden un arma en el dormitorio de su niña de 7 años. Son gente a quien no le importa ni su propia familia.


¿Viste esas armas?


Sí, lo vi con mis propios ojos.


Una pregunta que vengo haciendo a todos mis entrevistados. En España hay mucha gente que repite el tópico de que Israel "no existe", que es un país "colonizador", que todos sus ciudadanos son "colonizadores"... como argentino que vino a vivir aquí, ¿qué les dices?


Que no se sumen a la moda. Que lean, que aprendan la historia. Si yo les pregunto a ellos qué pasó el 30 de noviembre de 1947 y no me saben responder, es que todavía no pueden opinar.


Cuando aprendan sobre el plan de partición de Palestina (que aprobó la ONU). Cuando aprendan que Israel declaró la independencia en un territorio y al día siguiente cinco países árabes le declararon la guerra, y que a partir de ahí se fue formando el mapa. Que aprendan. Que si entienden cuántas veces los palestinos rechazaron las propuestas de paz, si estudian esa parte, quizás se pongan del otro lado del cuento. Creo que siguen una moda.


También, que se fijen cuáles son sus valores. Que se pregunten a ellos mismos qué piensan de la homosexualidad, del feminismo, de la libertad de prensa, de las elecciones libres. Sobre todo de la democracia. Y que, después, se fijen si sus valores se alinean con el lado israelí, o con el lado palestino.


Por ejemplo, 'Queers For Palestine' es una organización que me divierte mucho. Porque cualquiera de ellos que vaya a Gaza o a Cisjordania... esté gobernado por Hamas o por la Autoridad Nacional Palestina, si sacan una bandera LGTBI, probablemente los maten.


Si aprendiesen un poco, y tratasen de alinear sus valores, probablemente estarían del lado israelí de la historia. No niego que en Palestina la gente lo pasa muy mal. En Gaza sobre todo. Pero yo no creo que la culpa sea de Israel. Creo que la culpa es de sus propios líderes. Porque los líderes de Hamás no lo pasan nada mal. Ellos tienen una vida de millonarios, cuando todo su pueblo se muere de hambre.

 

Entonces, ¿la solución para acabar con el conflicto y para establecer la paz pasa por eliminar a Hamas?


No, es mucho más complejo que eso. A Hamás hay que eliminarlo, para que no vuelva a pasar un 7 de octubre. Pero después no es que automáticamente va a haber paz. Hay que ver quién toma el control de la Franja de Gaza.


A mí me gustaría que sea un buen líder palestino, que quiera lo mejor para los palestinos. Es lo que quiero en serio. Pero siento que Palestina no tiene un líder así. Tiene líderes que quieren enriquecerse, y a quienes no les importa el sufrimiento de los suyos. 


¿Crees que se va a poder acabar con Hamás en esta guerra?


Creo que sí. Pero ¿qué significa eliminar a Hamás? ¿Matar a todos los terroristas? Son muchos miles.


Más bien echarlos de la Franja.


Se sabe que hay muchos que se escaparon a Egipto. Los líderes de Hamás tampoco viven en la Franja. Viven en Qatar o en Turquía, o en otros países. Creo que a Hamás sí se lo puede eliminar, hasta cierto punto. Se puede matar a todos los terroristas. Sobre todo sería desarmarles la infraestructura.


Hoy en día, mis compañeros del ejército entran a colegios y están llenos de armas. RPG, granadas... tienen arsenales completos. Estamos destruyendo todos sus arsenales, todos sus túneles, toda su munición. Va a ser muy difícil para Hamás. Si quieren rearmarse, les va a suponer muchísimos años.

 

Ahora, en Gaza, tú fuiste a un hospital. 


No entré. Algunos teníamos que rodearlo, y una unidad entró. Pero es muy loco, porque dijeron que encontraron cero pacientes. Tampoco habían doctores. No había nada. Solo terroristas. Y túneles. Parece que en ese hospital antes habían secuestrados, y que cuando Hamás se dio cuenta de que lo habíamos rodeado, se los llevaron por los túneles.

 

¿Eso dónde fue exactamente?


En Gaza ciudad. En el barrio de Rimal.


¿La zona ya estaba evacuada?


Yo estuve 15 días y no vi un solo civil.

 

Entonces no entraste nunca a ningún hospital.


Exacto. Mis compañeros de unidades comandos sí entraron, y encontraron armas y terroristas. Ahora, hace poco, arrestaron al director de un hospital de Gaza, y él admite que tenía doctores que son miembros de Hamás. Que secuestrados pasaron por su hospital, y que estuvieron ahí varios días.

 

Durante esos quince días, ¿cuál fue tu mejor momento?


Cuando llegamos al mar. Hicimos todo caminando, cruzamos toda la Franja de Gaza caminando. Así que al llegar al mar, y aunque faltaba mucho, sentimos que les ganamos. Vinimos caminando desde Israel. Todo caminando, y sin bajas. Así que fue un poco como decir "bien por nosotros".

 

Y más allá del accidente, ¿cuál fue el momento más duro?


El 15 de noviembre es el cumpleaños de mi hermana. Yo ya estaba un poco triste. Hacía dos o tres semanas que estaba sin móvil, y pensaba que "ojalá no le haya arruinado el cumpleaños a mi hermana. Ojalá mis padres puedan celebrar, sin pensar todo el tiempo en mí".


Yo no lo sabía, pero en ese momento mi hermana estaba en España, de vacaciones. Somos una familia que nos gusta mucho España, como a cualquier buen argentino. Después me enteré de que, por primera vez, mis padres no llamaron a mi hermana por su cumpleaños. Solamente le mandaron un mensaje. Así que un poco sí que le arruiné el cumpleaños. Estaban muy preocupados.

 

Así que ese día estaba triste. Al mismo tiempo, todos mis compañeros recibieron una carta de sus padres. Todo eso se organizó a través de un grupo de Whatsapp, en el que todos los padres miembros hablan hebreo. Los míos no hablan hebreo, así que no están en el grupo. No se enteraron de esto, así que todos los soldados recibieron cartas menos yo. Eso fue el mismo día que el cumpleaños de mi hermana. Me puse muy triste.


¿Cómo se le explica a una persona no judía la decisión que toma un argentino de ir a la guerra con el ejército israelí?


Yo soy un argentino orgulloso. Pero ¿por qué defiendo a Israel y no a Argentina en este momento? Porque Argentina no tiene enemigos alrededor que quieran exterminar el país todo el tiempo. No hay nadie en el mundo que diga que quiere eliminar a Argentina del mapa, y tirar toda su población al mar. Entonces no hay necesidad [de defender a Argentina]. En cambio, Israel sí que tiene ese problema, todo el tiempo. Así que siento que puedo ayudar más a Israel.


"Ahora, cuando en un país hay antisemitismo, Israel pide que se frene. Para mí es importante cuidar eso"

 

¿Qué significa Israel para ti?


Es algo que nos da seguridad a todos los judíos del mundo. Cada vez que hay antisemitismo en cualquier lugar del mundo, los judíos sabemos que podemos ir a Israel, y ahí nos van a cuidar. Y, al mismo tiempo, cuando en un país hay antisemitismo y el presidente o el primer ministro no hace lo suficiente para frenarlo, de forma política Israel le pide que lo haga. Esto, antes y durante la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto, no sucedió. Ahora lo tenemos, y para mí es importante cuidarlo.

 

Hablábamos de la solución desde la perspectiva palestina. Pero, tal como está haciendo Israel las cosas, ¿el camino hacia la paz es posible? ¿O se puede hacer alguna cosa distinta? ¿Cómo ve eso un soldado?


Yo creo que Israel se cansó de la negativa de los palestinos para establecer la paz. En 2009 hubo el Plan de Olmert. El Primer Ministro de ese entonces, Olmert, propuso a los palestinos devolverles un montón de tierras, hacer una conexión entre la Franja de Gaza y Cisjordania para que tengan un país unido... les ofrecieron de todo. Un montón de dinero, un montón de tierras. Lo que venían pidiendo durante un montón de años.


Israel dijo que estaba dispuesto a darles todo eso para hacer la paz. Y ellos la rechazaron. Creo que, desde ese momento, Israel dijo "bueno, si ellos no quieren la paz, vamos a empezar a pensar en nosotros. En seguir como país, en seguir la vida, en mejorar nuestras empresas, en mejorar nuestras familias. En mejorar el país". Y, como cualquier país, avanzó. Mejoró el PIB.


Entonces, creo que Israel, quizás desde 2009, hasta el 7 de octubre, pasó a estar menos interesado por establecer la paz con los palestinos. Pero porque entiende que Palestina no tiene ningún líder preparado para buscar la paz. O son muy extremistas, como Hamás, o solo les importa hacerse ricos. Creo que cuando los palestinos tengan un buen líder, alguien a quien le importe la vida de todo su pueblo, será el momento en el que les va a ir mucho mejor.


Ya lo dijo Golda Meir, ex Primera Ministra israelí: va a haber paz cuando los árabes quieran más a sus propios hijos que lo que odian a los israelíes. Cuando un padre prefiera no guardar un arma debajo del colchón de su hija, y que le sea más importante que su hija crezca, tenga una buena vida, estudie y sea feliz, ahí va a haber paz. 


A nivel personal, ¿cuál es tu propósito para 2024?


Mi idea es encontrar trabajo. Yo terminé la universidad antes del ejército, y me gustaría entrar ya al mundo laboral. Quiero tranquilidad. Quiero ir a un trabajo nueve o diez horas al día, volver a casa y quizás tener una pareja, o estar con mis amigos. Entrenar, disfrutar y tomarme una cerveza de vez en cuando. Busco un año tranquilo.


Buena suerte.



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