NOT WATCHING QATAR 2022
Manifiesto
I'm not watching Qatar 2022, abreviado como Not watching Qatar, es una plataforma que promueve el boicot al Mundial de fútbol masculino que se celebrará en Qatar durante los meses de noviembre y diciembre de 2022. Pretende hacerlo con respeto pero, a la vez, con la frustración que la FIFA, ente organizador de la cita, ha generado. Diversas figuras públicas se posicionaron los últimos tiempos en contra del certamen. El Mundial de Qatar está manchado en sangre, corrupción y dolor. El boicot no es en vano. El deseo de boicotearlo nace por los motivos numerados a continuación.
Como reza en inglés el nombre de la plataforma, quienes formen parte de este movimiento no van a mirar el Mundial. Si conseguimos hacer crecer el movimiento y lograr que miles de personas se nieguen a ver el torneo, vamos a pasar a la historia y lograremos que este nefasto Mundial no tenga cabida entre la sociedad y que nuestros hijos, hijas, nietos y nietas un día se enorgullezcan de nosotros.
Cabe recordar que éste es un movimiento que no busca luchar contra un país, sino contra un régimen. Hay mucha gente qatarí que no tiene ninguna responsabilidad ni culpa de lo que se menciona a continuación. El de Qatar es un gobierno autoritario, y no elegido a partir de unas elecciones democráticas.
Motivos de la existencia de NWC
La cita que pretende celebrar la FIFA a finales del año 2022 es nefasta en todos los sentidos. El máximo organismo mundial del fútbol ha arruinado the beautiful game. Lo hizo en 2010: el día que concedió la cita deportiva más prestigiosa del planeta a dos países que en un mundo utópico nunca la hubieran recibido. Rusia y Qatar. El primero ya es agua pasada, pero el segundo está a la vuelta de la esquina. Yo, como futbolero, como entendedor del futbol como una herramienta de progreso y como persona que reclama derechos y justicia para toda la gente, no voy a mirar el Mundial.
¿Por qué motivos es nefasta la cita? En primer lugar, porque se concedió bajo un acto escandaloso de corrupción. Tal como destaparon varios medios, entre ellos la prestigiosa France Football, Qatar sobornó a miembros de la FIFA encargados de votar las candidaturas para el Mundial 2022.
El mundial de Qatar y la corrupción
Esa votación se celebró el 2 de diciembre de 2010 en Zúrich. La candidatura de Qatar se impuso a las de Estados Unidos, Corea del Sur, Japón y Australia. Países que destacan por sus derechos humanos o, al menos, por tener más que Qatar; por tener una mayor tradición futbolística (o, directamente, por tenerla) o por tener una mejor climatología (y esto, cuando hablamos de deporte, es importante). Además, Australia nunca organizó un Mundial y, de la misma manera que en 2010 se jugó por primera vez en África, era una buena oportunidad para que este año Oceanía probase las mieles del torneo por primera vez.
Se hicieron cuatro rondas de votaciones, para ir descartando tantas candidaturas hasta que solamente quedaran dos. El país del golfo arábico las ganó todas y, además, en la primera apabulló. 11 votos, frente a los 4, 3, 3 y 1 de las demás. Pero como digo, y como se probó, hubo una corrupción que lo explica todo.
La misma revista France Football explicó que en noviembre del mismo 2010 se celebró una reunión en el Palacio del Elíseo (París, Francia) entre el ex presidente francés Nicolas Sarkozy, el príncipe heredero de Qatar, Tamin bin Hammad al-Thani, el entonces presidente de la UEFA, Michel Platini, y el entonces propietario del Paris Saint-Germain, Sebastián Bazin.
En dicho encuentro, acordaron que Platini votaría a favor de la
candidatura de Qatar y que a cambio, Qatar ayudaría a superar la
grave crisis financiera que sufría el PSG. Semanas después de ser
elegida la candidatura qatarí, el fondo Qatar Investment
Authority adquirió el 70% de las acciones del PSG. Una década
después, este equipo estropea el futbol invirtiendo dinero
manchado en sangre, aunque afortunadamente sigue sin lograr
los éxitos ansiados.
Siguiendo con la trama corrupta, en 2014 el diario británico The
Sunday Times aseguró tener documentos secretos que explican
que Mohamed Bin Hamman, de origen qatarí y presidente de
la Comisión Asiática de Fútbol entre 2002 y 2011, pagó 3,7
millones de euros a dirigentes de federaciones africanas y
organizó fiestas para los sobornados.
Según la misma información, y como recoge el diario As, "a pesar de que la gran mayoría de esos directivos no tenía derecho a voto, Hammam buscaba generar una oleada de apoyo general a la candidatura qatarí para luego influir de manera directa en los cuatro miembros africanos del comité de la FIFA que sí participaban en las elecciones".
Entre otras muchas cosas que hizo Bin Hamman, también están las transacciones en metálico de hasta 146.000 euros a cuentas de los presidentes de 30 asociaciones futbolísticas africanas a través de diez fondos controlados por su empresa constructora, o la organización de fiestas en las que invitó a los mismos y les repartió hasta 293.000 euros en metálico, viajes en jet privado y otros regalos.
Como resumen, en 2019 el medio británico Daily Mail Online explicó que, de los 22 votantes en la elección de la sede qatarí, 16 estaban en manos de la justicia. Entre ellos, el mencionado Platini, pero también el presidente de la FIFA entonces, Joseph Blatter, que aprobó un pago de 1,5 millones de euros al mismo Platini y por lo que fue inhabilitado por seis años de sus funciones; o el ex secretario general de la CONCACAF Chuck Blazer, quien cobró 22 millones de euros en sobornos.
Por lo tanto, es evidente que Qatar hizo todo esto aprovechando su potencial económico, y a sabiendas de que en una votación limpia no hubiera ganado. Tal vez hubiera ganado la candidatura estadounidense, que perdió en la última ronda por 14 votos a ocho, y que se acabó quedando con la cita de 2026, ganando la partida a Marruecos.
Qatar y su nula cultura futbolística
Todo lo mencionado hasta ahora responde al aspecto corrupto del Mundial. Es muy grave, pero no es lo más grave. Desde el momento en que Qatar se queda con el Mundial, empieza una cuenta atrás de 12 años. En ese momento, el fútbol es prácticamente desconocido en el país. Hace pocos años que su liga empieza a recibir jugadores importantes. Es el caso de Pep Guardiola, Romario, Gabriel Batistuta, Frank y Ronald de Boer, Fernando Hierro o, más recientemente, Xavi Hernández. Todos en el siglo XXI. Antes, había poca cultura futbolística. Y tampoco es que ahora la haya mucho. Probablemente hay jugadores que pasarían desapercibidos en las calles de Doha, la capital.
Es verdad que un Mundial puede provocar que un país empiece a disfrutar el fútbol, a pesar de no haberlo hecho hasta el momento. Y que al igual que la población de Rusia, Brasil o Sudáfrica, la qatarí también puede merecer tener los mejores partidos posibles a pocos kilómetros de casa. Sin embargo, hay países cuya población probablemente lo merezca más. Por ejemplo, la de Marruecos, un país que se presentó varias veces para albergar el Mundial (aunque el componente del régimen que gobierna el país africano es una clase aparte).
Recapitulemos. La poca cultura futbolística o la infimidad del territorio qatarí (tiene tres veces menos la superfície en kilómetros cuadrados de la de Cataluña, ocupando el puesto 158 de los 194 países del mundo en términos de mayor superfície) hacen que el país no esté preparado para albergar un Mundial en materia de infraestructuras. Tanto es así, que de los ocho estadios que albergarán partidos, seis se construyeron desde el momento en que la FIFA vendió el Mundial. Además, las ganas de impresionar al mundo hicieron que se pretenda hacer los estadios más bonitos e imperiales.
El régimen de Qatar y la esclavitud
Todo esto se tradujo a un problema humanitario: el de la esclavitud. Se han destapado miles de informaciones en los medios más prestigiosos acerca de esto. En pocas palabras, Qatar contrató como obreros a muchos hombres y mujeres desesperados, cuya única salida laboral era aceptar cualquier cosa. Lo hizo con nulos derechos laborales, llegando incluso a suprimir una ley de protección a los trabajadores.
Por ejemplo, como narró el exfutbolista finés Tim Sparv al gran medio The Players Tribune, "antes tendía a mirar a la FIFA y pensar que saben lo que están haciendo. Pero me interesé por su situación [de los trabajadores]. Hablé con una mujer que realmente me llegó al corazón. Estaba decepcionada y cabreada. Tenía que trabajar 16 horas al día".
En otros medios también se habla de otros abusos, como los retrasos en
los pagos, el incumplimiento de contratos e incluso la suspensión de
los salarios. Teniendo en cuenta estas variables y la de que la
temperatura en Qatar puede llegar a oscilar los 40 grados
centígrados, todo se traduce a la muerte (o asesinato, como lo
quieran llamar) de, mínimo, y según el medio británico
The Guardian, 6.500 obreros, provenientes de India, Pakistán,
Nepal, Bangladesh y Sri Lanka.
No obstante, como recoge el diario El Público, "el número de
fallecidos es significativamente mayor, ya que las cifras no
incluyen las de los países de los que proceden otras muchas
personas que están realizando trabajos allí como Filipinas y Kenia,
ni tampoco se incluyen las muertes de los últimos meses del 2020 ni de los primeros meses del 2021". Ni 2022.
Hace unas semanas vi en las noticias el testimonio de una familia de uno de los mencionados países, cuyo padre fue a la obra en Qatar para poder pasarles dinero. Pero murió. Y es aterrador. ¿Se imaginan que eso le pasara a su padre, pareja o hijo? ¿Seguirían mirando el Mundial? Yo no. No voy a mirar el Mundial por ese hombre, por esa familia y por las miles de personas asesinadas y/o torturadas.
Tampoco lo voy a mirar por los testimonios del reportaje 'Atrapados en Qatar'. Como recoge el medio Medio Tiempo, en él, uno de los obreros entrevistados, de origen nepalí, explica que “siempre comemos pan y agua, sin dinero no podemos gastar en algo más. Mes a mes la situación empeora. No puedo seguir más, solo quiero ir a casa, ni siquiera podemos llamar a nuestras familias en Nepal”.
Otro obrero, también nepalí, se pregunta "si no sería mejor estar muertos. Tenemos que ser rescatados de esta situación porque también la padecen nuestras familias en Nepal. Mi esposa y mis hijos la pasan mal, no les he podido enviar dinero en 8 meses. Alguien debe ayudarnos”.
Tampoco voy a mirar el Mundial por las mujeres y por quienes pertenecen al colectivo LGTBIQ+. Sobre las mujeres, es sabido que tienen nulos derechos en el país asiático. Si hasta ahora no descubrí América, aquí no descubro ni el fuego.
El régimen de Qatar y la violencia machista
Recientemente, como recogí en el diario El Món, la mexicana Paola Schietekat denunció que en el verano 2021 fue abusada sexualmente por un hombre después de acudir al país asiático para trabajar como economista dentro de la entidad organizadora del Mundial. Y Qatar no sólo no castigó al hombre en cuestión, sino que además condenó a Schietakat a cien latigazos y siete años de cárcel. Por suerte, ésta pudo salir del país. Pero desafortunadamente esto es solo la punta del iceberg de lo que pueden vivir las mujeres en ese país.
El régimen de Qatar y la no tolerancia al colectivo LGTBIQ+
¿Y en materia de derechos LGTBIQ+? Perdón... ¿Qué derechos? Aquí pongo otro ejemplo para resumirlo. Como recogió recientemente el diari Ara, "Nasser Al Khater, máximo responsable de la comisión
organizadora del Mundial, dijo hace unos meses que los homosexuales serían
"bienvenidos", pero les pedían "respeto por la cultura, no expresar muestras de
afecto en público". El torneo más importante de este deporte se celebrará en un
país en el que la homosexualidad está penada con hasta siete años de prisión".
En el Mundial de Rusia, la gente ya perdió la posibilidad de exhibir banderas
del colectivo LGTBIQ+. Por ello, seis activistas, cada unx con una camiseta
de uno de los colores de la bandera, se pasearon por las calles de Moscú.
Fue lo máximo que pudo suceder en materia LGTBIQ+. Nadie pudo entrar
ni una bandera a los estadios. Y en Qatar ocurrirá lo mismo. Prácticamente
todo avanza en el mundo menos la FIFA. Después de que se celebrasen los
últimos Mundiales en Alemania, Sudáfrica y Brasil, países entonces muy,
recientemente lo albergaron dos países con leyes restrictivas y prohibitorias,
entre otras cosas, con la gente del colectivo LGTBIQ+.
El Mundial de Qatar y alteración del calendario
Finalmente, y solo un poco menos importante que los anteriores motivos, la celebración de este Mundial me parece mal por el calendario. No solo a mí, de hecho. Jürgen Klopp, entrenador del Liverpool, se refirió al respecto recientemente. El hecho de haber adjudicado a Qatar el Mundial obligó a la FIFA a cambiar sus fechas. Hasta ahora, la Copa del Mundo siempre se venía jugando en el verano del hemisferio norte, mayoritariamente entre junio y julio. Sin embargo, Qatar está muy cerca del ecuador y, por ello, en esa época allí no se puede practicar deporte.
A pesar de ser un evento mediático, un Mundial es sobre todo un evento deportivo, y como tal, tiene que respetar unas normas para que sus actores, los deportistas, puedan desarrollar con garantías su práctica. A causa del calor en junio y julio, la FIFA lo movió al otoño del hemisferio norte (noviembre y diciembre). La mayor parte de jugadores que participan en el certamen forman parte de las grandes ligas europeas. Entonces, éstas tendrán que hacer un parón a media temporada. Pero ellas no son las principales víctimas. Lo son los clubes y, especialmente, los jugadores.
Cuando los Mundiales se disputan en verano, éstos tienen varias semanas de descanso después de una temporada exigente. Y luego de la cita, también, para cargar pilas. Sin embargo, ahora van a parar la temporada para directamente concentrarse con sus equipos nacionales, van a disputar el evento y, una vez acabe, van a volver con sus equipos para continuar el curso.
Por ejemplo, un jugador de la Liga Española va a jugar el último partido con su club el 9 de noviembre. El Mundial empieza el 20, por lo que habrán solamente tres semanas de margen, que serán de preparación. Si este jugador llega hasta la final del torneo, lo acabará el día 18 de diciembre. Pues el 31 de diciembre ya estará jugando un nuevo partido con su club, por lo que se tendrá que incorporar unos días antes, a menos que el club le dé un permiso para hacerlo más tarde.
Cuando el Mundial se hace en el verano septentrional, entre el final evento y el inicio de la temporada suele haber un mes de margen. ¿Nadie piensa en que para que un Mundial salga bien, los jugadores tienen que estar bien mentalmente y físicamente? La FIFA, desde luego, no.
Figuras públicas posicionadas en contra del Mundial de Qatar
Principalmente por todos los motivos mencionados, por ser un evento manchado de sangre, de corrupción y de violencia, yo no voy a mirar el Mundial. Y como yo, otras figuras públicas. Sin responder (aún) al movimiento Not Watching Qatar, uno de los futbolistas más importantes, influyentes y activistas de la historia, Eric Cantona, se ha pronunciado en contra de este evento.
"Para ser honesto, no veré la próxima Copa del Mundo, porque no lo es para mí.
No estoy en contra de que se celebre en lugares donde el fútbol se promocione,
como ocurrió en Sudáfrica y en Estados Unidos, pero Qatar no es un país de
fútbol", declaró el francés en una entrevista con el medio Sportmail, antes de
sentenciar: "No sólo no se prevé que haya legado en el país. Han muerto miles
de personas construyendo los estadios. Y aun así vamos a celebrar la Copa del
Mundo allí. Es horrible".
Otro célebre exfutbolista que se posicionó en contra del certamen es el ex
jugador del Bayern de Múnich y considerado uno de los mejores laterales
diestros de la historia Philip Lahm. En una entrevista con el medio Kicker,
el alemán confesó que “no formo parte de la delegación y no tengo ganas
de volar allí como aficionado. Prefiero seguir el torneo desde casa".
Además, el campeón del mundo en Brasil 2014 reivindicó que "los derechos humanos deberían jugar un papel más importante en la adjudicación de un torneo. Si se adjudica el contrato a un país que es uno de los peores en ese aspecto, comienzas a cuestionar los criterios que se utilizaron para esa decisión. Esto no debería volver a suceder en el futuro. Los derechos humanos, la sostenibilidad, el tamaño del país, nada de eso parece haber influido”.
También se posicionó en contra de Qatar 2022 un jugador en activo: el alemán Toni Kroos. Éste también levantó la copa en 2014 y, si bien aún sigue siendo uno de los mejores futbolistas del planeta, ya se retiró de la selección germana. Lo hizo a tiempo, evitando participar en este torneo. Un torneo del cual habló en el podcast Einfach mal Luppen, perteneciente a Felix Kroos, su hermano.
Allí, el jugador del Real Madrid explicó que "los trabajadores inmigrantes
están sometidos a jornadas sin descanso bajo tórridos 50 grados, sufren
una alimentación insuficiente, sin agua potable y a temperaturas de locura.
A continuación, Kroos lamentó que en esas condiciones "no hay ninguna
garantía tampoco de seguridad para quienes trabajan para el torneo ni
tampoco atención médica". La decisión de conceder la cita al país asiático, pues,
"no fue buena", ya que, entre otras cosas, allí "se persigue penalmente la
homosexualidad y se practica cierta violencia sobre los trabajadores. Todo eso son
puntos absolutamente inaceptables".
Otro hombre de renombre que se pronunció en contra del Mundial es
Louis van Gaal. Éste es el seleccionador de los Países Bajos. Es decir, un
entrenador que formará parte del torneo. En una rueda de prensa, el
neerlandés criticó que "eso de que vayamos a jugar y organizar un torneo
en un país para desarrollar el fútbol allí, como dice la FIFA, es una tontería",
haciendo alusión a uno de los motivos que puso la FIFA para hacerlo en Qatar. "Se trata de dinero e intereses comerciales, eso es lo importante para la FIFA", concluyó Van Gaal. Además, explicó que no está en el comité de la FIFA "porque siempre me he resistido".
Otra acción reivindicativa que tuvo mucho
eco fue la acción que hicieron los once
jugadores titulares de la selección de
Alemania en un partido contra Islandia, en
2021, y perteneciente al proceso de
clasificación al mismo Mundial. Antes de
empezar el partido, los futbolistas
Manuel Neuer, Matthias Ginter,
Emre Can, Lukas Klostermann,
Antonio Rüdiger, Ilkay Gündogan,
Leon Goretzka, Joshua Kimmich,
Serge Gnabry, Leroy Sané y
Kai Havertz se sacaron las sudaderas
con las que habitualmente hacen la
escena de entrada al campo. Y cada uno
de ellos tenía escrita una letra en su
camiseta, para formar, todos juntos, la
inscripción Human rights (derechos humanos en inglés).
Tuvieron personalidad ya que, más allá del hecho de plantar cara a todo un estado, a la vez plantaron cara a Qatar Airways, uno de los patrocinadores principales del Bayern de Múnich (equipo que aglutina la mayoría de futbolistas del combinado germánico).
Por otra parte, también se han posicionado en contra del Mundial las federaciones de fútbol de Noruega, Suecia, Finlandia, Islas Féroe, Dinamarca y Suecia. Como recogí en Món Esport, durante el 72º congreso de la FIFA, la presidenta de la Federación de Fútbol de Noruega, Lise Klaveness, recordó que “este Mundial fue concedido en condiciones inaceptables y con consecuencias inaceptables. Tendríamos que pensar en los heridos y en los familiares de las víctimas".
En este sentido, pidió a la FIFA que "dé ejemplo" y lidere "la necesidad de cambio" que reclama la sociedad. Además, explicó que los miembros de la federación noruega "exigen cambios, transparencia, quieren hacer oír su voz. No podemos ignorar esta necesidad de cambio, y la FIFA debe actuar y dar ejemplo". De hecho, aseguró que hablaba "en nombre de todos los países nórdicos" y, por lo tanto, en representación de las federaciones de los países mencionados.
Finalmente, pidió que "no podemos tolerar que no se garantice la seguridad de los trabajadores, ni líderes que no quieren acoger partidos de mujeres, ni que no protejan la seguridad de la comunidad LGTBIQ+", y reivindicó que "la FIFA debe dar ejemplo, debe liderar. Los estadios estarán vacíos si ignoramos la urgencia de ese momento. A menudo me preguntan cómo es tener un trabajo en un mundo de hombres. Siempre respondo "no, yo no trabajo en un mundo de hombres. El fútbol es de todos los niños y niñas del mundo". Ésto recibió, entre otras, la respuesta del CEO del Mundial, el qatarí Hasan Al Thawadi, quien le dijo que "debería haberse educado a sí misma antes de hacer estos comentarios".
Cómo no mirar el Mundial de Qatar y a quién apuntar
Noruega, Suecia, Alemania, Francia... son muchos países europeos los que tuvieron protagonistas de renombre que se posicionaron en contra de este Mundial. Para posible sorpresa de algunos pero obviedad para la mayoría, en España pocas personas alzaron la voz. Por ello, toca seguir el ejemplo de los países nórdicos, los más civilizados del continente, y reivindicar que no miraremos el Mundial.
Toca reivindicarlo entre nosotros y nosotras, pero también a
quienes serán cómplices del evento. En primera instancia, hay
que recordar que Televisión Española compró los derechos
del torneo. Es decir, el gobierno autodenominado como "el más
progresista de la historia" va a emitir en la pequeña pantalla
partidos de fútbol que se estarán jugando en estadios construídos
a base de esclavitud, y en un país sin libertad sexual. Después
aprueban una ley feminista y se les compra la película. Recuerda a
cuando la FIFA celebró un Mundial en la Argentina de 1978,
inmersa en una dictadura sanguinaria. Además, tal y como informó
La Vanguardia, el canal público pagó 35millones de euros a
Mediapro para ganar la subhasta.
No mirar el Mundial significa, entre otras cosas, no mirar Televisión Española. En otros países, como en los Estados Unidos, significa omitir la Fox, FS1 y Telemundo. En el enlace adjunto están todos los canales de cada estado que compraron los derechos y que por lo tanto les dio igual la carencia de derechos citados.
Nicolas Sarkozy, ex presidente de la república de Francia, y Michel Platini, ex futbolista y ex presidente de la UEFA | AFP
Obreros de estadios del Mundial de Qatar, figurantes en el reportaje 'Atrapados en Qatar'
Nasser Al Khater, máximo responsable de la comisiónorganizadora del Mundial
Eric Cantona, ex jugador francés de fútbol | Getty Images
Toni Kroos, jugador alemán del Real Madrid, durante el Mundial de 2014
Jugadores de la selección alemana masculina de fútbol | Tobias Schwarz / POOL (EFE)
José Manuel Pérez Tornero, presidente de RTVE |
Europa Press