Real Valladolid 0-3 FC Barcelona
Koeman allana el camino
a Messi y Pedri
Surgieron efecto su cambio de dibujo y las ausencias de Busquets, Coutinho y Griezmann.
Messi volvió a ser Messi y Pedri sigue siendo Pedri.
Messi y Pedri celebran el tercer gol, anotado por el argentino (Juan Medina · Reuters)
Esta Liga está suponiendo un camino pedregoso para el Barcelona. Y la visita al Zorrilla era un absoluto basalto. Tras tropezar con otras muchas piedras, no lo podían volver a repetir. La herida se hubiera abierto de forma irreversible. No estaba permitido caer. Y no lo hicieron. La flamante sociedad formada por Messi y Pedri domó la roca blanquivioleta gracias a un planteamiento de Koeman novedoso y sublime. Match-rock salvado y baño de moral.
Koeman empezó ganando en el vestuario un partido trampa. Consciente de la sangría defensiva que venía acarreando últimamente el equipo, decidió lavarle la cara con un 3-5-2. Y sin Coutinho ni Griezmann. Condicionantes adecuados para que que los hoy carrileros Jordi Alba y Dest pudieran atacar a placer, y para que todo fluyera en la sala de máquinas. Condicionantes adecuados para que Barcelona pudiera disfrutar y adelantarse relativamente rápido.
Porque el tercer central, Clement Lenglet, marcó a placer el centro de un Messi que empieza a encontrarse. ¿El responsable de ello? En buena medida, Pedri González. El canario volvió a jugar junto al dios del fútbol con una naturalidad surrealista. Volvió a ser su mejor socio. Devolvió bien todas las paredes, y le regaló una asistencia kilométrica. Siempre eligió bien. Y recuperó balones como nadie. Juntos hicieron travesuras que hoy nadie torpedeó. Efectivamente, ni Coutinho ni Griezmann estaban. Para mérito de Koeman.
Koeman dispuso el mediocampo más reconocible en lo que va de año. No por los nombres, sino por el juego practicado. Aquello sí fue ADN Barça. A la brillantez de Pedri se unieron un muy elegante de Jong y un Pjanić estelar. El bosnio jugó siempre con la quinta marcha. Mucho más dinamismo que el que imprime habitualmente Busquets.
Ellos mismos guisaron el segundo gol. Messi lo condimentó, y Dest lo sirvió a la mesa de un Braithwaite muy oportunista. Parecía mentira: el Barça lograba, por fin, volver a establecer un colchón de dos goles a favor en un partido. Lograba espantar fantasmas y apuros.
Lo hizo ante un Valladolid que no aparcó el esperado autobús. Más bien anduvo en bicicleta. Sin cerrarse en exceso, intentó imitar al Valencia y sorprender a la contra. Pero ni las cadenas de Óscar Plano y compañía estaban engrasadas, ni el trío defensivo barcelonista estaba dispuesto a dejarles pasar. Ter Stegen era un mero espectador… para mérito de Koeman.
Pedri y diez más
El segundo tiempo ofreció la enésima conexión entre Pedri y Messi. Pero no una cualquiera. ¿Alguien sabe si el reglamento permite jugar con ojos en la nuca? El canario asistió de tacón por enésima vez a un Messi que superó definitivamente el récord de Pelé. El mago de Tegueste tiene, incluso, nivel para disputar como titular cada partido de la Eurocopa. Como bien dicen, la edad es solo una cifra. Ahora mismo es el mejor futbolista del Barça. Es el chico por el cual los culés volverán a pagar entradas en la futura normalidad.